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Microcréditos en 5 preguntas

  • Foto del escritor: Alejandra Garcia
    Alejandra Garcia
  • 4 nov
  • 2 Min. de lectura

Cristóbal Ibargüen, CEO de Vana, nos comparte la visión de cómo la tecnología puede llevar acceso financiero a toda Guatemala y abrir nuevas oportunidades para miles de personas. En esta nueva edición de "Fintech en 5 preguntas" descubrirás cómo funciona el modelo de microcréditos digitales, sus ventajas y su impacto en el crecimiento económico.



VANA: inclusión financiera impulsada por tecnología y crédito responsable


Cristóbal Ibargüen, cofundador y CEO de VANA, presentó la visión de la fintech guatemalteca que busca empoderar a personas en la economía informal mediante el acceso a servicios financieros simples, rápidos y accesibles.


En Latinoamérica —explicó Ibargüen— la mayoría de la población trabaja en la informalidad, lo que limita su acceso a productos financieros tradicionales. VANA nació para cerrar esa brecha: ofrecer créditos digitales que permitan a más personas ingresar al sistema financiero formal, construir historial crediticio y, con ello, mejorar sus oportunidades a largo plazo.


Desde sus inicios, cerca del 50% de los créditos otorgados por VANA se destinan a capital de trabajo. Los beneficiarios incluyen desde mecánicos y estilistas hasta emprendedores gastronómicos que necesitan recursos para iniciar o escalar sus negocios. Según Ibargüen, el acceso a crédito formal “transforma vidas” al generar un efecto multiplicador en otras áreas económicas y personales.


Uno de los pilares de la fintech es el crédito responsable, basado en un análisis personalizado de cada solicitante. Gracias a sus modelos y algoritmos propios, VANA puede diseñar ofertas únicas que se adaptan a las capacidades reales de pago y necesidades de cada cliente.

“No buscamos sobreendeudar a las personas, sino ofrecerles el monto justo para que su emprendimiento crezca de forma sostenible”, señala Ibargüen.

La tecnología es el motor que ha permitido a VANA alcanzar zonas rurales y llegar a quienes nunca habían tenido acceso a crédito. En Guatemala, donde más del 70% de la población permanece fuera del sistema financiero formal, la fintech ha demostrado que basta un celular y conexión a internet para iniciar un proceso crediticio digital, incluso desde comunidades a seis horas de la capital.


Este modelo no solo amplía el acceso financiero, sino que contribuye a la creación de huellas digitales y récords crediticios que abren nuevas oportunidades económicas para las personas previamente excluidas.


Para Ibargüen, el futuro del sistema financiero dependerá de la colaboración entre fintechs, bancos y reguladores, uniendo esfuerzos para formalizar a millones de personas que hoy permanecen fuera del sistema:

“Solo trabajando juntos podremos llevar a la mayoría de los guatemaltecos del sector informal a la formalidad.”

 
 
 

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